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[4.5.3] Desde allí avanzaron en 
tres jornadas quince parasangas a 
través de una llanura cubierta de espesa nieve. La tercera 
resultó dura y el viento Bóreas soplaba de frente abrasándolo todo completamente y 
helando a los hombres. [4.5.4] <...> La profundidad de la nieve 
llegaba a una braza; así que murieron muchas 
de las acémilas y muchos prisioneros y unos 
treinta soldados. 
Jenofonte 
Anábasis IV 5, 3-4 passim 
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